miércoles, 16 de mayo de 2018

7 poemas más de Jorge Curinao





EL ESPEJO

El mar se mueve adentro.
Soy el que te sonríe desde un ataúd.




PAISAJE

A veces
a mí también me quisieron.

Era verano
y un pájaro golpeaba desde afuera.




ESCRITO EN EL BARRO

¿Qué hace la palabra mal escrita
con las heridas mal nacidas?

¿Qué hace la memoria
cuando todos duermen?

¿Y cómo será llorar de presencia?



**(de Cactus, 1ra edición, Santa Cruz, Edición de autor 2010)



*


En la noche

no en la oscuridad

las palabras rezan.



*


Como cuando el silencio es posible

y las palabras empiezan a temblar.


*


Todos los días pido

tener las fuerzas que no tengo.


Un hombre poco sensible

puede despertar con una flor en la boca.



*


Sólo las flores caídas saben que son flores.



**(de Nadando, 1ra edición Río Gallegos, Edición de autor, 2012)




**Jorge Curinao


sábado, 12 de mayo de 2018

5 poemas de Alejandro Schmidt





LA LLUVIA EXISTE


el tartamudo de las estrellas
la asunción de la pena
los derroteros del insomnio
la brújula del espanto
el breve sol de un triunfo
la rosa de los vientos en manos del ogro
el horizonte de los esclavos
el cuerpo del amor crucificado
la luna a caballo de sí misma
existen

de todo lo demás no estoy seguro.


O QUÉ

vivimos extrañados
o qué?

no estudio magia
dispongo silencios

realidad, unida mentira

vivir cierra sus manos.


LINTERNA DE CEMENTERIO

Y todos llegaremos 
a casita.


VOLVÍ A LOS POEMAS 

como a un montón de trapos
que envolvieran
¿la rosa impavida del aire
el calor
de una ceniza?


ALGO QUE OLVIDÉ DECIRTE


al perro de mi corazón

no lo asustes
no lo asustes


**Alejandro Schmidt, Otros Rayos, Borde perdido editora, 2016

viernes, 11 de mayo de 2018

4 poemas de Jorge Curinao






IV

Recuerdo un viaje a Bariloche. Era verano y el mar ardía.
Yo aún era un niño. Recuerdo unos payasos en la plaza y
la sonrisa de mi hermano reflejada en el rocío de la tarde.
Recuerdo las fotos con el perro. Recuerdo el baño del hotel.
Recuerdo cómo se abrían los caminos al cerrar los ojos.


VI

Lo más terrible sucedió. Todo se rompió. Después de tantos
meses, volví a ver mis manos en aquella tarde azul. Los
flamencos danzaban.


XVI

Cada tarde, abríamos las ventanas para darle paso al tiempo.
La casa tenía el rumor de los grillos perdidos. A veces, el
color era el mismo. Descubrir uno distinto, era toda nuestra
aventura.



XXVIII

En cada rezo, mis manos no tienen dueño. No hay, fuera
de ellas, una conspiración. Nos llevará varios siglos de
distracciones pero, al final, pondremos la atención en las
sombras. Dios es una palabra y el argumento termina aquí,
donde el viento tajea.


**Jorge Curinao, Otros animales, 1era edición de autor 2014.

jueves, 3 de mayo de 2018

4 poemas de Diego Roel





TERRITORIO

Este suelo no es de oro:
estamos obligados a escalar el abismo.

Dijiste:
sólo manos verdaderas escriben poemas verdaderos.

El oficio exige absoluta precisión,
manos curtidas por el roce de las cosas,
una mirada que penetre
la niebla del día y de la noche.

Sí, es necesario un cuerpo que se prolongue hasta tocar
aquella línea en perpetuo movimiento
donde los otros cuerpos se deshacen.

El oficio exige absoluta precisión.



DE UMBRAL EN UMBRAL

Desde un brote del cielo
cayó tu voz en mi cabeza.

Atraviesa el mar, atraviesa el mar,
pinta tus alas con púrpura.

¿Quién se demora en los pozos?
¿Quién arroja la arena en las urnas?

Desde un brote del cielo
cae tu voz.


UNA LÁGRIMA RETORNA A SU OJO

¿Quién habla en la casa llena de sombras?
¿Quién llora en la sala de los gritos?

¿Quién puede, todavía, cantar?

Mi cuerpo es la leña de la noche.


HOGAR

El fuego declina en las cumbres.

La noche zumba y crece.



**Diego Roel, Shibólet, Griselda García Editora, 2018.