jueves, 3 de mayo de 2018

4 poemas de Diego Roel





TERRITORIO

Este suelo no es de oro:
estamos obligados a escalar el abismo.

Dijiste:
sólo manos verdaderas escriben poemas verdaderos.

El oficio exige absoluta precisión,
manos curtidas por el roce de las cosas,
una mirada que penetre
la niebla del día y de la noche.

Sí, es necesario un cuerpo que se prolongue hasta tocar
aquella línea en perpetuo movimiento
donde los otros cuerpos se deshacen.

El oficio exige absoluta precisión.



DE UMBRAL EN UMBRAL

Desde un brote del cielo
cayó tu voz en mi cabeza.

Atraviesa el mar, atraviesa el mar,
pinta tus alas con púrpura.

¿Quién se demora en los pozos?
¿Quién arroja la arena en las urnas?

Desde un brote del cielo
cae tu voz.


UNA LÁGRIMA RETORNA A SU OJO

¿Quién habla en la casa llena de sombras?
¿Quién llora en la sala de los gritos?

¿Quién puede, todavía, cantar?

Mi cuerpo es la leña de la noche.


HOGAR

El fuego declina en las cumbres.

La noche zumba y crece.



**Diego Roel, Shibólet, Griselda García Editora, 2018.




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