jueves, 23 de agosto de 2018

3 poemas más de Nika Turbiná




UN NIÑO CIEGO
sobre un montón de basura
juega con fragmentos de vidrio.
Y en sus ojos muertos
irradia el sol,
que él desconoce.
La luz brilla
en los vidrios cortantes,
sus dedos temblorosos
revuelven la basura
creyendo que son flores
que brotan
bajo el cielo
del paraíso.
El niño ciego
recibe feliz cada mañana
sin saber que detrás
de su pequeña espalda
siempre está la noche.

1983

*

EL OLOR DEL MAR ES AMARGO.
Junto al agua,
un cangrejo perezoso
camina hacia atrás.
Los pies descalzos
en la arena,
las huellas quedan lejos.
Cuando el espacio que ves
es tan azul y sonoro,
no resulta terrible
ser una misma.

ITALIA 1985


*


CON QUÉ ALIMENTA A SU CRIATURA?


¿Con qué alimenta a su criatura?
¿Le da el pecho? ¿Papilla?
Y yo contesto: le doy versos...
¿Qué le dice cuando la acuesta en la cuna?
¿Dormite cariño?
Yo le digo: ¡no duermas!
Te meceré
por la mañana y por la tarde,
te llevaré al jardín
para que estemos a solas...
Pero no te duermas de noche
y hablá conmigo.
Te di a luz -no recuerdo cuándo-
si en la lluvia, en la nieve
o en la luminosidad solar-
eso lo sabés mejor que yo.
Te convertirás en un poder mágico,
criatura eterna...
¡Querida, no duermas!


1985-1987


**Nika Turbiná, La infancia huyó de mí, Editorial Llantén, 2018, traducción al castellano de Natalia Litvinova.

Nika Turbiná (Yalta, URSS 1974 - Moscú, Rusia 2002)

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